¿Para qué parar el mundo? ¿Que debíamos hacer si tampoco tenemos el cuerpo “pa muchas torrijas”?
Tirar para adelante. Y siempre de frente. Creo que era lo que José María Trancoso nos hubiera pedido que hiciéramos, ¿verdad María, Chiqui, Rocío?
Pues eso. Muchos voluntari@s se reunieron ayer tarde en su memoria. Nadie quiso faltar. Ni Jesús David siquiera, al que fuimos a ver a su domicilio para llevarle sus torrijas, ya que él no podía esa tarde acompañarnos. Si más lo agradecía él, mayor nuestra alegría de verle de nuevo.